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Recursos para la COVID-19 y preguntas frecuentes

La pandemia de COVID-19 generó más desafíos e inquietudes para los pacientes con cáncer de la sangre y los cuidadores, por eso estamos aquí para ayudar. A continuación, encontrará una descripción general de los recursos para la COVID-19 de la Sociedad de Lucha contra la Leucemia y el Linfoma, preguntas frecuentes e información y noticias específicamente desarrolladas para satisfacer las necesidades excluyentes de las personas con leucemia, linfoma, mieloma u otros cánceres de la sangre. 

En LLS, hemos llevado adelante nuestra propia investigación sobre la COVID-19 y también hemos proporcionado apoyo para los estudios a las instituciones que producen información importante sobre cómo el virus de la COVID-19 y las vacunas afectan a las personas con cáncer de la sangre. A continuación, encontrará los resultados de algunos de esos trabajos.

Los pacientes que tengan preguntas o inquietudes específicas deben, como siempre, hablar directamente con su oncólogo y equipo de atención.

—Gwen Nichols, MD, directora médica general de LLS

Preguntas frecuentes sobre la COVID-19

(La información se actualiza periódicamente en función de la información y la orientación de los CDC y la FDA).

Desde el comienzo de esta pandemia, LLS ha defendido políticas de vacunación que tengan en cuenta y atiendan las necesidades únicas de los pacientes con cáncer de la sangre. Aquí, encontrará la información más reciente sobre la COVID19, las vacunas y otras estrategias de prevención para ayudar a las personas con cáncer de la sangre y los sobrevivientes a protegerse

Última actualización el 22 de abril de 2024

ÚLTIMAS ACTUALIZACIONES

El 22 de marzo de 2024, la FDA autorizó un nuevo tratamiento con anticuerpos llamado pemivibart (Pemgarda™) para la prevención de la COVID-19 en pacientes de 12 años en adelante con sistemas inmunitarios comprometidos de forma moderada a grave debido a una afección médica, como cáncer de la sangre, o porque están tomando medicamentos que suprimen el sistema inmunitario.

Las vacunas son la primera línea de defensa contra la COVID-19 para la mayoría de las personas, incluidos los pacientes con cáncer de la sangre. Sin embargo, pemivibart ofrece un nivel extra de protección. Los pacientes con cáncer de la sangre y los sobrevivientes deben hablar con su equipo de atención médica sobre el riesgo y si pemivibart es adecuado para ellos.

Si bien vacunarse y recibir pemivibart proporcionará al menos algo de protección a la mayoría de los pacientes con cáncer de la sangre, quizás no puedan eliminar por completo el riesgo de contraer COVID. LLS creó el documento Protección contra la COVID-19: cuatro medidas que los pacientes con cáncer de la sangre pueden tomar para ayudarles a cuidarse más de la COVID-19 y a equilibrar las actividades que son importantes para su calidad de vida.

Pemivibart se administra como una infusión de 60 minutos (a través de una vía intravenosa/IV) en un centro de salud, después de lo cual se observará al paciente durante dos horas para confirmar que no haya reacciones relacionadas con la infusión. Según las recomendaciones de los CDC, “si se necesita protección constante, se deben administrar dosis adicionales cada tres meses”.

Las últimas recomendaciones de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades indican que las personas con COVID pueden retomar sus actividades cotidianas una vez que no tengan fiebre durante al menos 24 horas sin tomar medicamentos para bajar la fiebre como Tylenol o Advil, y sus síntomas mejoren. Sin embargo, si bien pueden regresar al trabajo o la escuela, deben seguir usando una mascarilla que se ajuste bien durante cinco días.

Las nuevas recomendaciones reflejan que la COVID ya no es tan riesgosa como los años pasados para la mayoría de las personas y unifican las recomendaciones para la COVID de los CDC con las de otras dos enfermedades que se pueden prevenir con vacunas, la gripe y el VSR. Aunque estas son noticias positivas, LLS alienta a los pacientes con cáncer de la sangre y los sobrevivientes a evaluar y analizar su situación personal y niveles de riesgo con el equipo de atención médica para el cáncer a la hora de tomar decisiones con respecto a la seguridad contra la COVID.

Ha habido una marcada disminución de las hospitalizaciones y muertes relacionadas con COVID este invierno en comparación con años anteriores. Es importante saber que la gran mayoría de las hospitalizaciones son de estadounidenses que no recibieron las últimas vacunas y que la vacunación disminuye las probabilidades de COVID prolongada.

Si bien vacunarse brindará al menos algo de protección a la mayoría de los pacientes con cáncer de la sangre, LLS creó el documento Protección contra la COVID-19: cuatro medidas que los pacientes con cáncer de la sangre pueden tomar para ayudarles a cuidarse más de la COVID-19 y a equilibrar las actividades que son importantes para su calidad de vida. Es importante que los pacientes tomen decisiones de riesgo personalizadas previa consulta con su equipo de tratamiento oncológico.

LLS también se ha unido a la Coalición Internacional para la COVID-19 y los Cánceres de la Sangre (International COVID-19 Blood Cancer Coalition, ICBCC) para desarrollar el manual “Surcar un mundo pospandemia: guía para los pacientes inmunocomprometidos”, al que se puede acceder aquí. El manual incluye consejos prácticos para que los pacientes con cáncer de la sangre se sientan capacitados a la hora de tomar decisiones sobre cómo cuidarse de la COVID y otras infecciones.

ENFERMEDAD DE LA COVID-19 EN PERSONAS CON CÁNCER DE LA SANGRE Y SOBREVIVIENTES

En general, los pacientes con cáncer de la sangre tienen un riesgo de tener resultados más graves provocados por la COVID-19, que incluyen hospitalización y muerte, pero el riesgo no es el mismo en todos los tipos de cáncer de la sangre. LLS recomienda que los pacientes con cáncer de la sangre y sobrevivientes se protejan con la vacuna y que también alienten a los que los rodean a vacunarse. También deberían continuar tomando otras precauciones preventivas, tales como llevar mascarillas, cumplir con el distanciamiento social, lavarse las manos y evitar las multitudes y los espacios cerrados con mala ventilación.

El uso de fármacos dirigidos a la CD20, tales como el rituximab y el obinutuzumab, se ha asociado a un mayor riesgo de casos graves de COVID-19 en pacientes con linfoma. Los pacientes con linfoma pueden presentar inmunodeficiencia debido a su enfermedad o debido al tratamiento con estos medicamentos, lo cual puede provocar un aumento de la incidencia y la gravedad de las infecciones.

Sí, el tratamiento con células CAR-T y otros tipos de tratamiento que afectan a las células del sistema inmunitario (como los fármacos dirigidos a la CD20, que incluyen el rituximab y el obinutuzumab, y los inhibidores de la BTK como el ibrutinib, el acalabrutinib y el zanubrutinib) pueden aumentar el riesgo de contraer la COVID-19 y otras infecciones. Un estudio reciente mostró que alrededor del 2.5 % de un grupo de personas que recibieron tratamiento con células CAR T fallecieron como consecuencia de una infección, de las cuales la mitad de esas infecciones fue por COVID-19. Pero también es fundamental recordar que estos tratamientos a menudo salvan vidas, por lo que los pacientes deben trabajar en estrecha colaboración con su equipo de profesionales médicos para diseñar un plan de acción para protegerse de las infecciones antes, durante y después del tratamiento.

Esto incluye mantenerse al día con todas las vacunas recomendadas, trabajar con su equipo de atención médica para determinar el momento adecuado para recibir la vacuna en relación con el tratamiento para el cáncer y seguir llevando mascarilla, lavarse las manos con frecuencia y cumplir con el distanciamiento social. Se recomienda que los pacientes y sus familias lean la hoja informativa de LLS, Protección contra la COVID-19: cuatro medidas que los pacientes con cáncer de la sangre pueden tomar para obtener más información.

Las personas inmunocomprometidas de forma moderada a grave pueden seguir estando infectadas durante más tiempo (una mediana de 20 días frente a 11 días de la población en general). Las pautas orientativas actualizadas se centran en la finalización del aislamiento en función de los síntomas, no solo una cantidad de días. Los CDC recomiendan que las personas permanezcan en su hogar y alejadas de los demás hasta 24 horas después de que los síntomas hayan comenzado a mejorar y no tengan fiebre sin tomar medicamentos para bajar la fiebre como Advil o Tylenol.

Durante este período, las pruebas caseras pueden ayudar a determinar si siguen estando infectadas.  Si da positivo durante un período prolongado, debe consultar a un especialista en enfermedades infecciosas. Si también tiene síntomas continuos, puede beneficiarse del plasma de convalecencia con títulos altos. Puede leer más sobre este tratamiento en la sección "Tratamiento y prevención de la COVID-19" de estas preguntas frecuentes.

VACUNA CONTRA LA COVID-19 EN PERSONAS CON CÁNCER DE LA SANGRE Y SOBREVIVIENTES

¡Sí! Las vacunas contra la COVID-19 son seguras y ofrecen al menos algo de protección a la mayoría de los pacientes con cáncer de la sangre y los sobrevivientes. Sin embargo, como no todos tendrán una protección total, LLS recomienda que los pacientes con cáncer de la sangre y sobrevivientes se vacunen y usen protecciones adicionales, como llevar mascarilla y cumplir con el distanciamiento social. 

Las personas con cáncer de la sangre corren un riesgo más alto de enfermarse gravemente a causa de la COVID-19. Por lo tanto, a menos que tenga una verdadera contraindicación médica para la vacuna, lo cual es poco frecuente, LLS lo anima a hablar con su equipo de profesionales médicos sobre cómo mantenerse al día con las vacunas contra la COVID-19 (y todas la demás).

LLS recomienda seguir las recomendaciones de los CDC, que generalmente no manifiestan ninguna preferencia por ninguna vacuna contra la COVID-19 en particular. Esto a veces puede cambiar durante los períodos de presentación de las vacunas actualizadas, momentos en los que los CDC pueden recomendar una vacuna actualizada con respecto a otras hasta que se hayan actualizado todas las marcas.

Según las directrices sobre la COVID-19 del Centro Oncológico Memorial Sloan Kettering de la ciudad de Nueva York (en inglés), en el caso de pacientes que han recibido una terapia que agota los linfocitos, es razonable pensar en retrasar la vacunación hasta seis meses después de finalizada la terapia, o hasta que haya indicios de recuperación de cantidad y función linfocitaria. Sin embargo, si existe la posibilidad de vacunarse ANTES de que comience la terapia, debería hacerlo. Recomendamos que hable sobre sus preguntas o inquietudes específicas con el equipo de profesionales médicos, ya que la experiencia de cada paciente es única.

Ciertas terapias contra el linfoma, especialmente el rituximab y el obinutuzumab, afectan a la respuesta de los anticuerpos a las vacunas aun después de la suspensión del tratamiento. Esto no significa que las personas que reciben tratamiento con estos medicamentos no deban vacunarse o que las vacunas no les darán algo de protección. Sin embargo, los pacientes deberían asumir que aún están en riesgo y mantenerse alerta, incluso después de haberse vacunado. 

La revacunación puede ser una opción para los pacientes que recibieron una o más dosis de las vacunas contra la COVID-19 mientras recibían tratamiento con estas terapias. Los CDC recomiendan que la revacunación debe comenzar alrededor de seis meses después de la finalización de la terapia. No obstante, el equipo de profesionales médicos del paciente es el que mejor puede determinar si corresponde la revacunación y cuándo hacerlo.

Las personas que se han sometido a un trasplante de células madre o que reciben tratamiento con células CAR-T suelen presentar inmunosupresión durante meses tras el tratamiento debido a las terapias de mantenimiento y a los medicamentos inmunosupresores, entre otros factores. Durante este período, el sistema inmunitario no responderá a las vacunas. La investigación que recibió el apoyo de LLS y fue comunicada por el director científico general de LLS, el Dr. Lee Greenberger, y otros promueve comenzar la vacunación contra la COVID-19 tan pronto como tres meses después del trasplante de HSC o la terapia con células CAR T.

Es muy importante para los pacientes trasplantados y que recibieron células CAR T seguir el programa de vacunación que recomiende su equipo de profesionales médicos y, en el caso del HSCT, su equipo de trasplante. Los equipos de trasplante en particular saben muy bien cuándo y cómo avanzar con las vacunaciones después del trasplante.

Como la eficacia de las vacunas podría verse reducida en los pacientes trasplantados en comparación con el público en general, incluso después de la vacunación, LLS recomienda que los pacientes sigan tomando precauciones de seguridad adicionales, como llevar mascarilla. 

EFICACIA DE LAS VACUNAS

Las vacunas contra la COVID-19 ofrecen al menos algo de protección a la mayoría de los pacientes con cáncer de la sangre y los estudios más recientes siguen demostrando el beneficio de recibir todas las vacunas contra la COVID-19 actualizadas según las recomendaciones. El Registro Nacional de Pacientes de LLS ha demostrado que la respuesta inmunitaria a la vacuna de tipo ARNm varía según el tipo de cáncer de la sangre del paciente y el tratamiento recibido (en inglés). Es por eso que LLS recomienda que todos los pacientes con cáncer de la sangre y los sobrevivientes se vacunen, pero deben consultar con su equipo de profesionales médicos si deben seguir tomando precauciones adicionales, como usar mascarilla y evitar las multitudes.

¡Sí! Los pacientes con cáncer de la sangre deben hablar con su equipo de profesionales médicos sobre cómo mantenerse al día con las vacunas más actuales contra la COVID-19 recomendadas por los CDC. La vacuna actualizada está diseñada para proteger contra variantes del virus de la COVID-19 que circulan actualmente y tiene como fin ofrecer protección contra la enfermedad grave, la hospitalización y la muerte, así como para la COVID prolongada.

Algunos pacientes podrían presentar una respuesta de anticuerpos menos fuerte o no presentar ninguna respuesta debido al tipo de cáncer de la sangre que tienen o al tipo de tratamiento que han recibido. Esto NO significa que la vacunación sea inútil. Es muy importante continuar recibiendo todas las dosis de la vacuna contra la COVID-19 según lo recomendado. La investigación más reciente también ha demostrado que, incluso si los niveles de anticuerpos son bajos, su calidad puede mejorar con dosis adicionales de la vacuna.

Los anticuerpos son solo una parte de la respuesta; hay otras maneras en las que el sistema inmunitario responde a la vacunación que pueden brindar protección. Un estudio del Registro Nacional de Pacientes de LLS (en inglés) demuestra que algunos pacientes con cáncer de la sangre sin anticuerpos detectables después de la vacunación desarrollan células T que están preparadas para atacar el virus de la COVID-19. 
 

No se debe hacer una prueba de anticuerpos a menos que el profesional de atención médica se lo recomiende y lo indique. Las pruebas de anticuerpos se deben interpretar con cuidado. Tener anticuerpos contra el SARS-CoV-2, el virus causante de la COVID-19, parece proteger en cierta medida a las personas de infectarse por el virus y de enfermarse gravemente a causa del mismo. Sin embargo, tener anticuerpos puede no eliminar por completo el riesgo de una infección por el virus causante de la COVID-19 en personas vacunadas. Además, aunque se desarrollen anticuerpos, pueden tener una menor capacidad para bloquear o reducir las infecciones contra ciertas cepas variantes de la COVID-19. Afortunadamente, las vacunas contra la COVID-19 más recientes hasta septiembre de 2023 inducirán la formación de anticuerpos que siguen manteniendo cierta capacidad para proteger contra las últimas cepas de la COVID-19.

Las vacunas están diseñadas para hacer que el cuerpo produzca protección contra una enfermedad sin enfermar a la persona. Las vacunas de Pfizer y Moderna utilizan el ARN mensajero (ARNm) para dar instrucciones a las células inmunitarias con el fin de que produzcan la denominada “proteína de la espícula”, que se encuentra en la superficie del virus causante de la COVID-19. La vacuna de Novavax incluye fragmentos de COVID-19 que pueden desencadenar una respuesta inmunitaria sin causar la COVID. 

Las vacunas preparan al cuerpo para combatir la infección si se expone al virus real o para minimizar sus efectos si se infecta. La gran velocidad con la que surgieron las vacunas es realmente extraordinaria, pero su desarrollo está basado en décadas de investigación rigurosa y minuciosamente revisada.

ELEGIBILIDAD, MOMENTO ADECUADO Y AUTORIZACIÓN PARA LA VACUNA

La vacuna contra la COVID-19 de Pfizer-BioNTech (Comirnaty) y la vacuna contra la COVID-19 de Moderna (Spikevax) están aprobadas por la FDA. La vacuna de Novavax tiene la autorización de uso de la FDA. Todas están recomendadas por los CDC.

Todas las personas de 6 meses de edad en adelante deben estar al día con todas las vacunas contra la COVID-19 según lo recomendado por los CDC y en consulta con su equipo de profesionales médicos. Puede haber vacunas específicas para distintos grupos etarios.

La vacuna contra la COVID-19 de J&J (Janssen) ya no está disponible ni se recomienda en los Estados Unidos.

Como el sistema inmunitario es muy complejo, no es sencillo responder quién está inmunocomprometido de forma moderada a grave. Las directrices sobre la COVID-19 de los Institutos Nacionales de Salud incluyen en esta categoría a todos los pacientes con cáncer de la sangre que están en tratamiento activo, así como también a los pacientes con cáncer de la sangre que pueden tener respuestas deficientes a las vacunas contra la COVID-19 independientemente del estado de su tratamiento, como quienes tienen leucemia linfocítica crónica (CLL) y linfoma no hodgkiniano. 

El sistema inmunitario también está comprometido en cualquiera que haya recibido un trasplante de células madre o que tome medicamentos para suprimir el sistema inmunitario. Los tratamientos para el cáncer de la sangre que suprimen el sistema inmunitario incluyen, entre otros: inhibidores de la tirosina cinasa de Bruton (BTK, por su sigla en inglés) (p. ej., Imbruvica, Calquence, Brukinsa), tratamientos con anticuerpos anti-CD20 (p. ej., Rituxan, Gazyva) y determinados tratamientos con células CAR-T (Breyanzi, Kymriah, Tecartus, Yescarta).

LLS recomienda especialmente a todos los pacientes con cáncer de la sangre, independientemente de la etapa de tratamiento en la que se encuentren, remisión o recuperación (o período de espera vigilante, que es común para los pacientes con leucemia linfocítica crónica), que hablen con su equipo de tratamiento del cáncer de la sangre sobre el estado del sistema inmunitario y si las dosis de las vacunas contra la COVID-19 2023-2024 adicionales y el anticuerpo pemivibart son adecuados para ellos.

En términos generales, debe recibir la misma marca de vacuna para su serie de vacunación primaria. Después de eso, las vacunas se pueden intercambiar, siempre que reciba la versión más actualizada.

Sí. Cualquier vacuna contra la COVID-19 se puede administrar junto con otras vacunas en cualquier momento, pero siempre es mejor consultar a su profesional de atención médica. Esto incluye, por ejemplo, recibir la vacuna contra la gripe y la vacuna contra la COVID-19 el mismo día, siempre y cuando las inyecciones se apliquen en diferentes brazos o, si se aplican en el mismo brazo, que tengan una separación mínima de 1 pulgada.

Estas son cuestiones sumamente importantes. Debido a que la situación de cada persona es distinta, LLS recomienda que hable con el equipo de atención médica para el cáncer sobre el momento adecuado para vacunarse contra la COVID-19. En general, es mejor vacunarse antes del tratamiento del cáncer, ya que la respuesta inmunitaria a la vacuna puede verse afectada en los pacientes que reciben tratamientos que afectan al sistema inmunitario. 

Sin embargo, si usted ya está recibiendo tratamiento, eso no significa que debería renunciar a vacunarse. Aunque su sistema inmunitario no responda por completo a la vacunación, un poco de protección es mejor que ninguna, en especial contra una enfermedad tan grave como la COVID-19 que tiende a afectar con mayor intensidad a los pacientes con cáncer. Por este motivo, se recomienda que los pacientes con cáncer de la sangre alienten a los familiares, amigos y otras personas con las que tienen contacto estrecho a que también se vacunen. 

EFECTOS SECUNDARIOS Y SEGURIDAD DE LAS VACUNAS

Se administraron miles de millones de dosis de la vacuna contra la COVID-19 de manera segura a adultos y niños de todo el mundo. 

LLS recopiló datos relevantes de pacientes con cáncer de la sangre y sobrevivientes a través del Registro Nacional de Pacientes de LLS (en inglés). Hemos averiguado que el perfil de efectos secundarios de las vacunas es muy similar en pacientes con cáncer de la sangre y sobrevivientes, en comparación con la población general. Lea más información acerca de los resultados aquí (en inglés). 

Las reacciones alérgicas graves a componentes específicos de cualquier vacuna contra la COVID-19 son poco frecuentes, pero constituyen una contraindicación de la vacunación. Hable con el profesional médico encargado de su atención sobre su riesgo específico. 

Algunas personas que recibieron una vacuna contra la COVID-19 han informado hinchazón de los ganglios linfáticos en la axila del brazo en el que les administraron la vacuna, de 2 a 4 días después de haberla recibido. La hinchazón de un ganglio linfático puede ser una reacción o un efecto secundario frecuente de cualquier vacuna, y quienes han reportado hinchazón de los ganglios linfáticos suelen recuperar su tamaño normal en un lapso de cuatro semanas. En la mayoría de los casos, no es necesario realizar ningún otro estudio por imágenes ante la aparición de ganglios linfáticos hinchados después de una vacunación reciente, a menos que la hinchazón persista o se presenten otros síntomas. Es comprensible que, en el caso de los pacientes con cáncer, para quienes el agrandamiento de un ganglio linfático ha sido un signo de su cáncer, cualquier agrandamiento pueda ser un motivo de preocupación. Debe comunicarse con el equipo de profesionales médicos encargados de su atención para determinar cómo procurar el seguimiento adecuado si presenta agrandamiento de un ganglio linfático tras la aplicación de la vacuna.

Rara vez se observaron casos de miocarditis (inflamación del músculo cardíaco) y pericarditis (inflamación del tejido que rodea al corazón) luego de vacunación contra la COVID-19, con mayor frecuencia en adolescentes y varones adultos jóvenes dentro de los 7 días de haber recibido la segunda dosis de una vacuna de tipo ARNm (Moderna o Pfizer). Los ensayos clínicos de la vacuna contra la COVID-19 de Novavax muestran un riesgo similar. 

Según los datos reunidos y controlados por los CDC, “la mayoría de las personas con miocarditis o pericarditis que recibieron atención respondieron bien a los medicamentos y el reposo y se sintieron mejor rápidamente”.

CÓMO CUIDARSE DESPUÉS DE LA VACUNA

La COVID-19, el VSR y la gripe son virus respiratorios. Si bien hay diferencias en la forma en que se propagan, las precauciones que eran comunes en los primeros días de la COVID pueden ayudar a proteger contra los tres. Esto incluye cumplir con el distanciamiento social, usar mascarilla, lavarse las manos frecuentemente, desinfectar superficies y evitar a las demás personas cuando están enfermas.

La COVID se propaga principalmente a través del estornudo, la tos y la expulsión de gotitas respiratorias, por lo que el uso de mascarilla y el distanciamiento social son extremadamente importantes para detener su contagio. El VSR se propaga mucho más a través de superficies contaminadas, por lo que lavarse las manos y limpiar las superficies es más importante con el VSR que con la COVID. La gripe está en un punto medio: puede propagarse a través de las gotitas respiratorias del estornudo y de la tos, pero también al tocar superficies contaminadas y luego tocarse la boca, la nariz o los ojos.

Lo más importante que cada uno de nosotros puede hacer es vacunarse contra la COVID y la gripe tan pronto como seamos elegibles. Las vacunas contra la COVID y la gripe se pueden administrar en la misma visita, ya sea en diferentes brazos o con al menos 1 pulgada de diferencia en el mismo brazo. 

Los CDC también recomiendan una única dosis de la vacuna contra el VSR para las personas de 60 años de edad en adelante, si ellas y su profesional de atención médica creen que la vacuna es adecuada. Los adultos con el mayor riesgo de enfermedad por el VSR grave incluyen a quienes tienen sistemas inmunitarios debilitados, así como también quienes tienen enfermedad cardíaca crónica o enfermedad pulmonar y quienes viven en residencias de ancianos o centros de atención a largo plazo. También se recomienda un anticuerpo monoclonal para proteger a los bebés pequeños del VSR. Se administra a los bebés menores de 8 meses que nacieron durante la temporada del VSR o ingresan en su primera temporada (que generalmente comienza en el otoño y alcanza su punto máximo en el invierno) y a los bebés y niños de 8 a 19 meses que tienen un mayor riesgo de sufrir la enfermedad por el VSR grave que ingresan en su segunda temporada del VSR.

Incluso después de estar completamente vacunados contra la COVID-19, los CDC y LLS recomiendan que los pacientes con cáncer de la sangre y sobrevivientes consideren tomar precauciones adicionales para evitar la infección. Esto es especialmente importante debido a la posibilidad de que algunos de estos pacientes no obtengan la protección óptima de las vacunas y por eso puedan ser más susceptibles a infectarse y a los resultados graves de la COVID-19 tras la vacunación, en comparación con la población general.

Además de recibir todas las vacunas recomendadas, los pacientes con cáncer de la sangre y otras personas con sistemas inmunitarios debilitados deben hablar con su equipo de atención médica para decidir si pemivibart es adecuado para ellos. Pemivibart es un anticuerpo monoclonal para ayudar a prevenir la infección por el virus de la COVID-19. Pemivibart se puede administrar cada 3 meses según lo recomendado por un profesional de atención médica.

Los pacientes con cáncer de la sangre deberían seguir siendo cautelosos en cuanto a viajar. Viajar aumenta las probabilidades de infectarse por el virus causante de la COVID-19 y de propagar la enfermedad. Antes de pensar en la posibilidad de viajar, pregúntele al equipo de especialistas encargados de su atención para el cáncer si hay alguna otra precaución que debería tomar, como llevar una mascarilla, lavarse las manos frecuentemente y evitar las multitudes y los espacios cerrados con mala ventilación cuando sea posible. Asegúrese de viajar con kits de detección de COVID-19 que no estén vencidos.

Si bien las vacunas ofrecen al menos algo de protección a la mayoría de los pacientes con cáncer de la sangre, algunos no obtendrán la protección óptima y podrían ser más susceptibles a infectarse y a los resultados graves de la COVID-19 tras la vacunación, en comparación con la población general. LLS alienta a todas las personas a respetar y proteger a los pacientes con cáncer de la sangre y a otras personas con sistemas inmunitarios debilitados que tienen un riesgo más alto de contraer la COVID-19 (en inglés). 

Es importante que todos se vacunen, incluidos amigos y familiares. Al vacunarse, quienes tienen inmunidad normal pueden reducir el riesgo de transmitir la COVID-19 a las personas cuya inmunidad está afectada.

PREVENCIÓN O TRATAMIENTO DE LA COVID-19

Hay un anticuerpo monoclonal, llamado pemivibart, que puede ayudar a prevenir la infección por el virus de la COVID-19 en pacientes de 12 años en adelante con sistemas inmunitarios comprometidos de manera moderada a grave debido a una afección médica, como cáncer de la sangre, o porque están tomando medicamentos que suprimen el sistema inmunitario.

Los pacientes con cáncer de la sangre y los sobrevivientes deben hablar con su equipo de atención médica sobre el riesgo y si pemivibart es adecuado para ellos.

Pemivibart se administra como una infusión de 60 minutos (a través de una vía intravenosa (IV)) en un centro de salud. Se puede administrar cada tres meses si se necesita protección constante.

También hay un ensayo clínico abierto para las personas con sistemas inmunitarios más débiles que está evaluando otro tratamiento con anticuerpos monoclonales. Los pacientes y cuidadores pueden obtener más información sobre cómo inscribirse en el ensayo aquí.

La protección comienza rápido después de la infusión. Sin embargo, al igual que con las vacunas, es posible que se produzca una infección. Por eso, incluso después de recibir pemivibart, los pacientes con cáncer de la sangre deberían hablar con su equipo de atención médica acerca de seguir tomando precauciones adicionales, como llevar mascarilla y cumplir con el distanciamiento social para tener otra barrera de protección.

Es poco probable que hacerse una prueba de anticuerpos después de recibir pemivibart aporte información útil. Como pemivibart es una infusión directa de anticuerpos, se espera que cualquier persona que lo reciba tenga niveles detectables de anticuerpos y que estos duren varios meses.

Los anticuerpos monoclonales solo son eficaces durante unos meses y proporcionan solo un tipo de protección (anticuerpos). Las vacunas, y los refuerzos en particular, pueden estimular los anticuerpos, que producen las células B, y las células T para combatir una infección por COVID.

Con la validación continua de las pruebas caseras, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos ha podido extender las fechas de vencimiento de muchos kits de detección caseros de la COVID. Puede consultar información sobre los kits de prueba específicos en el sitio web de la FDA aquí.

Con el fin de la declaración de emergencia de salud pública, las pruebas gratuitas ya no están ampliamente disponibles como antes. Los CDC ofrecen un sitio web para buscar pruebas gratuitas contra la COVID-19. Los departamentos de salud estatales y locales también pueden ofrecer pruebas o ayudar a los residentes estatales y locales a encontrar centros de prueba gratuitos.

Algunas personas con sistemas inmunitarios comprometidos pueden tener síntomas de la COVID-19 prolongados y pueden seguir estando infectadas durante más tiempo que quienes no tienen deficiencia inmunitaria. El panel de expertos en tratamiento del NIH sugiere una de las siguientes opciones de tratamiento para estos pacientes, en consulta con su equipo de profesionales médicos. 1) Un tratamiento adicional o más prolongado con el medicamento oral Paxlovid, 2) un tratamiento adicional o más prolongado con remdesivir, un medicamento que se administra con una inyección o 3) un tratamiento con plasma de convalecencia con títulos altos contra la COVID-19 (que se obtiene de la sangre de donantes vacunados que recientemente se recuperaron de la COVID-19). Puede leer más acerca de estos tratamientos a continuación.

El panel de expertos sobre la COVID-19 de los Institutos Nacionales de Salud recomienda el tratamiento inmediato con medicamentos antivirales para pacientes no hospitalizados con COVID-19 de leve a moderada que estén inmunocomprometidos.

La FDA ha aprobado o autorizado varios medicamentos antivirales para tratar a los pacientes con COVID que tienen mayor riesgo de sufrir consecuencias graves de la infección, como los pacientes con cáncer de la sangre y los sobrevivientes. Para ser eficaces, estos tratamientos deben comenzar tan pronto como sea posible después de una prueba de COVID-19 positiva o la aparición de los síntomas. También existe una infusión llamada plasma de convalecencia con títulos altos que puede ser eficaz en ciertos pacientes. Los tratamientos con anticuerpos monoclonales ya no se recomiendan porque no permanecen activos contra las cepas que circulan actualmente.

Sí, necesitará una receta para recibir cualquier tratamiento o prevención para la COVID-19 (que no sean vacunas). Los médicos, los enfermeros titulados de práctica avanzada y los médicos asistentes pueden recetar estos medicamentos según estén autorizados por las leyes de cada estado en particular. No necesita una receta para recibir las vacunas.

Los antivirales contra la COVID-19 actúan interrumpiendo la replicación del virus dentro del organismo. Esto disminuye la cantidad de virus en el cuerpo (también llamada carga viral), lo que puede ayudar a reducir la gravedad de los síntomas de la COVID-19 y acortar la duración de la enfermedad. Para ser eficaces, los medicamentos antivirales deben tomarse, por lo general, tan pronto se tenga una prueba de COVID-19 positiva o aparezcan los síntomas.

Hay tres medicamentos antivirales disponibles para tratar la COVID-19 en personas que tienen un alto riesgo de progresar a infección y consecuencias graves, como los pacientes con cáncer de sangre. Paxlovid (nirmatrelvir reforzado con ritonavir, para mayores de 12 años) y Lagevrio (molnupiravir, para mayores de 18 años) son medicamentos orales que se utilizan únicamente en pacientes no hospitalizados; ambos se toman durante cinco días. Veklury (remdesivir), que puede utilizarse en adultos y en pacientes pediátricos de 28 días en adelante, se administra por vía intravenosa o con una inyección en un establecimiento de cuidado de la salud durante tres días.

Con el fin de la declaración de emergencia de salud pública, los tratamientos gratuitos ya no están ampliamente disponibles como antes. Sin embargo, el gobierno federal ha puesto en marcha la iniciativa Test to Treat (Pruebas para tratar) para ayudar a las personas a acceder a los tratamientos contra la COVID-19 a un costo bajo o nulo. Para encontrar lugares, visite este sitio y haga clic en el botón verde “Find Locations” (Buscar lugares).

A partir del 1 de febrero de 2023, la FDA eliminó el requisito de una prueba de COVID-19 positiva para recibir tratamiento con un antiviral oral (Paxlovid o Lagevrio). Esto se debe a que, en casos poco frecuentes, a las personas que recientemente estuvieron expuestas a alguien con COVID-19 y que desarrollaron síntomas consistentes con la COVID-19 se les puede diagnosticar la infección, incluso antes de dar positivo. Es importante buscar atención de inmediato si tiene síntomas de la COVID-19 o da positivo en la prueba de detección, ya que estos medicamentos son más eficaces cuando se los comienza a tomar temprano.

Se ha informado que el rebote de COVID-19 se produjo en algunos pacientes de 2 a 8 años de edad después de la recuperación inicial de la COVID y suele incluir síntomas recurrentes pero más leves y una prueba de detección de la COVID positiva después de haber dado negativo. El rebote no se limita a las personas que han tomado Paxlovid; los síntomas pueden reaparecer una vez resueltos, incluso entre las personas que no toman el medicamento.

Paxlovid es uno de los tratamientos más eficaces disponibles para las personas con COVID de leve a moderada y reduce significativamente el riesgo de hospitalización o muerte. 

Como Paxlovid es el único antiviral oral altamente eficaz para el tratamiento de la COVID-19, el panel de expertos de los Institutos Nacionales de Salud recomienda que cuando las interacciones medicamentosas se pueden controlar de manera segura, no se debe impedir el uso de Paxlovid. 

Sin embargo, Paxlovid no se debe utilizar al mismo tiempo que los medicamentos que interactúan fuertemente con la misma enzima hepática de la que depende Paxlovid para ser eliminado del cuerpo. No hay medicamentos contra el cáncer de la sangre de uso frecuente que estén contraindicados para su uso al mismo tiempo que Paxlovid. Sin embargo, hay muchos que tienen al menos algo de interacción con esta enzima hepática. 

Estos medicamentos incluyen, entre otros, ibrutinib y otros inhibidores de la BTK, venetoclax, vinblastina y vincristina. En estos casos, es mejor consultar con su médico ya que puede ajustar las dosis del medicamento para una administración más segura. La mayor parte de la posible interacción de Paxlovid se resuelve de 2 a 3 días después de haber tomado la última dosis pero puede tardar más en las personas mayores.

Los pacientes inmunodeprimidos deben hablar con su equipo de atención médica para el cáncer sobre si se justifica repetir la prueba de PCR para garantizar que se eliminó el virus. Si el virus no desaparece tras el tratamiento con Paxlovid, quizás sea necesario indicar un tratamiento adicional, como plasma de convalecencia.

Un anticuerpo monoclonal es una versión fabricada en laboratorio de los anticuerpos que produce naturalmente el organismo para ayudar a combatir las infecciones.

La compañía fabricante de Evusheld, un anticuerpo monoclonal que con el tiempo perdió eficacia contra las variantes más nuevas de la COVID-19, está investigando una nueva formulación diseñada para tener una actividad más amplia contra las variantes de la COVID 19. Hay un ensayo clínico abierto para las personas con sistemas inmunitarios más débiles que está evaluando un nuevo tratamiento. Los pacientes y cuidadores pueden obtener más información sobre cómo inscribirse en el ensayo aquí.

El plasma de convalecencia con títulos altos contra la COVID-19 (CCP) se obtiene de donantes de sangre que se han recuperado de la infección por COVID-19.  El plasma de donantes que no solo se han recuperado de la COVID, sino que también están vacunados (a veces llamado VaxCCP), tiene niveles extremadamente altos de anticuerpos que hasta ahora han demostrado neutralizar todas las variantes conocidas de COVID. Varias sociedades médicas, incluida la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de América (Infectious Disease Society of America), recomiendan el uso del CCP en pacientes inmunodeprimidos. Se debería administrar en los primeros 8 días a partir de la aparición de los síntomas. El CCP evoluciona con el virus porque el plasma obtenido recientemente contiene anticuerpos contra los virus que han circulado hace poco.

El tratamiento con plasma de convalecencia con títulos altos es una opción eficaz en situaciones en las que otros tratamientos no están disponibles, ya no son eficaces o no pueden utilizarse debido a las interacciones medicamentosas. En varios estudios recientes se demostró la eficacia del plasma con títulos altos para tratar a pacientes inmunodeprimidos (incluidos los pacientes con cáncer de sangre) que han tenido un avance de la infección a pesar de la vacunación, y en los que el tratamiento con anticuerpos monoclonales y antivirales no ha sido eficaz para eliminar el virus.

Los pacientes inmunodeprimidos pueden beneficiarse del plasma de convalecencia con títulos altos. Los pacientes inmunodeprimidos pueden presentar una infección intermitente a pesar del tratamiento adecuado, lo que puede causar una enfermedad en el paciente afectado y un riesgo continuo de contagio del virus a otras personas. La infección prolongada también puede posibilitar que el virus genere variantes que luego puedan propagarse a otros.

Hable con su equipo de atención médica si cree que el plasma de convalecencia con títulos altos es adecuado para usted. La FDA de EE. UU. ha autorizado su uso para el tratamiento de la COVID-19 en pacientes con inmunosupresión a causa de una enfermedad o que reciben un tratamiento inmunosupresor, ya sea de manera ambulatoria o mediante hospitalización. 

Un profesional de atención médica debe solicitar el plasma de convalecencia contra la COVID-19 a un banco de sangre. Si el plasma de convalecencia con títulos altos no está disponible a nivel local, su profesional de atención médica puede trabajar con el centro de sangre local para obtenerlo a través de los Centros de Sangre de Estados Unidos (Blood Centers of America). Los dos recursos adicionales para obtener información sobre el CCP y para ayudar a los médicos a pedir CCP para sus pacientes son: 
USCovidPlasma.org y CCPP19.org.

El panel de expertos de los Institutos Nacionales de Salud, responsable de desarrollar las directrices de tratamiento para la COVID-19, ha revisado los resultados de muchos estudios, ensayos clínicos y análisis sobre la vitamina D. En este momento, no hay suficiente evidencia para hacer una recomendación a favor o en contra del uso de la vitamina D para la prevención o el tratamiento de la COVID-19.

La mayoría de los estudios actuales tienen limitaciones significativas, como una cantidad muy pequeña de pacientes inscritos, falta de consistencia en los tipos de pacientes estudiados (por ejemplo, con diversos grados de gravedad de la COVID-19) o el uso de muchos medicamentos diferentes de manera simultánea que pueden alterar los resultados individuales. 

Algunos estudios observacionales (estos tipos de estudios no pueden determinar si un medicamento puede provocar, prevenir o tratar una enfermedad) sugieren que los niveles bajos de vitamina D pueden aumentar el riesgo de infección por COVID o de muerte relacionada con la COVID, pero no hay evidencia clara de que tomar vitamina D proteja contra la infección o la muerte. 

LLS recomienda que los pacientes hablen con su equipo de atención médica acerca de sus niveles de vitamina D y de si deben tomar suplementos de vitamina D. 

PROGRAMAS, RECURSOS E INVESTIGACIONES DE LLS SOBRE LA COVID-19

A través del Registro Nacional de Pacientes de LLS, LLS se unió a más de 10,000 pacientes con cáncer de la sangre para desarrollar el conjunto de datos más grande que ofrece información sobre cómo funcionan las vacunas contra la COVID-19 para las personas con todos los tipos de cáncer de la sangre. Nuestros resultados ayudaron por igual a encargados de formular políticas, médicos y pacientes para tomar decisiones mejor fundamentadas sobre la vacunación.

LLS está involucrada en el trabajo de investigadores de primer nivel de todo el mundo para responder las preguntas relacionadas con cómo la COVID-19 y las vacunas contra la COVID-19 afectan a los pacientes con cáncer de la sangre. Por ejemplo, los investigadores financiados por LLS están estudiando cómo el curso de la enfermedad de la COVID-19 difiere en los pacientes inmunocomprometidos con cáncer de la sangre y si se beneficiarían de la prevención dirigida y de las opciones de tratamiento en comparación con quienes tienen sistemas inmunitarios normales. 

Debido a que los pacientes con cáncer de la sangre no se incluyeron en los estudios clínicos que tuvieron como resultado la autorización de las vacunas contra la COVID-19, LLS se centra en financiar investigaciones para entender cómo funcionan las vacunas en las personas con todos los tipos de cáncer de la sangre. LLS está ayudando a responder preguntas, como: ¿Deberían los pacientes con cáncer de la sangre recibir las vacunas con un cronograma más comprimido? ¿De qué manera la respuesta de anticuerpos y la activación de las células T que combaten la enfermedad difieren en las personas con diferentes tipos de cáncer después de la vacunación? Puede leer acerca de las becas recientes de LLS para la COVID-19 y otros temas de investigación aquí (en inglés).
 

LLS está cumpliendo con su parte al asegurarse de que los legisladores encargados del plan de distribución de vacunas en el país tomen en cuenta los intereses de los pacientes con cáncer de la sangre. Nuestros esfuerzos se resumen a continuación:

Casa Blanca

LLS, junto con otras organizaciones asociadas, comunica al gobierno de Biden las estrategias que creemos que mejorarán el acceso a la vacuna. También estamos en comunicación con legisladores de los gobiernos estatales.

Requisitos para vacunarse

Algunos pacientes con cáncer de la sangre no producirán anticuerpos contra la COVID-19 incluso después de recibir todas las dosis de la vacuna contra la COVID-19, lo que hace que sea especialmente importante que se vacunen las personas que los rodean. Las medidas de salud pública, como los requisitos para vacunarse, cumplen una función importante para reducir el riesgo de COVID-19 en los pacientes con cáncer, sobrevivientes de cáncer y otras personas inmunocomprometidas. LLS apoya las estrategias de salud pública comprobadas, como los requisitos para vacunarse, y se opone a las políticas que perjudican estos requisitos.
 

En respuesta a las preocupaciones sobre las barreras que impiden el acceso de algunos inmigrantes por los requisitos de documentación previos a recibir la vacuna contra la COVID-19 y sobre las personas que reciben facturas indebidas con cargos por la vacunación contra la COVID-19, la Administración de Recursos y Servicios de Salud (HRSA, por sus siglas en inglés) ha elaborado dos hojas informativas, que están disponibles en inglés y español, para ayudar a los pacientes y proveedores a entender mejor sus derechos.

Usted podría tener que pagar de su bolsillo o no si se somete a pruebas de detección de la COVID-19, o si necesita recibir medicamentos u otro tipo de atención para tratar la enfermedad. Tendrá que verificar la cobertura con su compañía de seguro médico. A continuación, le ofrecemos algunos consejos y recursos para comenzar:


El Registro Nacional de Pacientes de LLS, un proyecto de Michael J. Garil Patient Data Collective:

El Registro Nacional de Pacientes de LLS reúne y estudia información de pacientes con diagnóstico de cáncer de la sangre (pasado o presente) para ayudar a los investigadores a entender mejor los resultados y diseñar tratamientos. Dentro de las seis semanas posteriores al momento en que las vacunas contra la COVID estuvieron disponibles en los Estados Unidos, LLS lanzó estudios como parte del Registro Nacional de Pacientes para evaluar la seguridad y la eficacia de las vacunas en personas con todos los tipos de cáncer de la sangre. Leer más acerca de los estudios sobre las vacunas contra la COVID-19 del Registro Nacional de Pacientes de LLS.

Más información sobre el Registro Nacional de Pacientes de LLS

El Registro Nacional de Pacientes de LLS, un proyecto de Michael J. Garil Patient Data Collective, es una oportunidad única para que los pacientes con cáncer de la sangre se conviertan en ciudadanos científicos y se unan a LLS para dar forma a descubrimientos que pueden mejorar la calidad de vida y la atención de las personas que viven con cáncer de la sangre.  El registro para la COVID-19 está cerrado.